¿Por qué dejé a la Iglesia Católica y me hice protestante?

La mayoría de los cristianos evangélicos o protestantes suelen hacer énfasis de cómo y cuándo se convirtieron a Jesucristo. Para estos hermanos en la fe hay un antes y un después en su vida atendiendo a la importancia que existe entre un vivir cristiano o no. Para mí esa conversión no fue tal pues yo me convertí y conocí a Cristo en la iglesia católica. En 1986 empecé a asistir regularmente a cultos en la iglesia evangélica, si bien antes mis asistencias eran por curiosidad y para conocer de primera mano las herejías de esos cristianos que, equivocadamente, no estaban en  el catolicismo y no creían en la virgen María.

He sido católico practicante, de misa cada domingo y fiesta de guardar. A veces también entre semana. He sido cruzado de María y he estado en movimientos de jóvenes católicos de asistencia a necesitados. Como cofrade he sido miembro de varias cofradías de pasión malagueñas. Mi educación ha sido toda en colegios religiosos, primero con jesuitas  y posteriormente con agustinos, siendo su educación y enseñanza muy buena, habiendo sido un privilegiado por ello. Pero volvamos a la década de los 80 y mis primeros contactos con el mundo protestante. Por esas fechas empecé a colaborar en Radio Nacional de España y sabía que un técnico de sonido era protestante ya que me habían llegado informes de que había escrito un libro sobre la muerte de Jesús. El nombre de ese técnico era Juan Barceló y una tarde de domingo, que coincidimos los dos de guardia en la radio acabamos una acalorada discusión, nunca olvidaré su vehemencia, diciéndome que si no estaba de acuerdo con él no lo estaba con Dios pues sólo se remitía a la Biblia. Esto me dejó tocado pues debo confesar que pese a toda mi educación cristiana nunca había leído la Biblia. ¿Y si el equivocado era yo? Pensé, y lo estaba. De ello me di cuenta al leer la Escritura y cómo yo no obedecía a Dios haciendo las cosas como  Él quiere. Sin duda alguna Juan Barceló fue un hombre de Dios puesto en mi camino, una herramienta suya que me llevara a comprender  Juan 17:3. “ Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado”.
Leyendo la Biblia me di cuenta de cinco errores básicos del catolicismo romano que me llevaron, no a cambiar de religión puesto que sigo creyendo en el mismo Dios, sino a cambiar de local de culto: La Iglesia Evangélica. Expongo los errores, no únicos, pero sí determinantes.

1º) El segundo mandamiento de la ley de Dios no coincide con el del catecismo romano. Dice así: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás; porque yo soy Yahvé tu Dios fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera  y cuarta generación de los que me aborrecen , y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. Éxodo 20: 4-6. Nadie me ha explicado convincentemente la razón de ignorar esa ordenanza divina. Toda una manipulación de la escritura.

2º) El papado. No encuentro ni un solo texto bíblico en el que se diga que el apóstol Pedro sería el sustituto de Cristo y primero en una serie de sucesiones hasta nuestros días. Sí encuentro apoyo en la obra del Espíritu Santo cuando el Señor dice en Juan 14:26. “ Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.  El fundamento sobre el que Dios fundaría su iglesia son las palabras de Pedro cuando afirma:”Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente “ Mateo 16:16. El mismo Pedro nos dice quién es la piedra y no se refiere asimismo : “ Para vosotros, pues, los que creéis , Él es precioso: pero para los que no creen,  la piedra que los edificadores  desecharon, ha venido a ser cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo , y roca que hace caer, porque tropiezan en la Palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados” . 1ª de Pedro 2: 7-8. No hay carta apostólica en la que se afirme a Pedro como sucesor de Cristo.

3º) La doctrina del purgatorio. No hay texto bíblico en el que Dios haga referencia a una segunda oportunidad para aquellos que mueren sin fe en Cristo. La salvación es de Dios y Él la hace posible sólo a través de su Hijo. Lea Lucas 16: 19-31 y la enseñanza de los que mueren sin Dios. Orar por los difuntos para que salgan del purgatorio es rebajar la obra de Jesucristo en la cruz, ya que no son suficientes sus meritos y tenemos que seguir intercediendo por los fallecidos. Craso error. “El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito hijo de Dios” Juan 3:18.

4º) La adoración intercesora a la virgen María y los santos.  Ya veíamos en el primer apartado que uno de los atributos de Dios es que es celoso. ¿Cómo podemos orar y dar culto a alguien que no sea Él? Sólo Dios puede recibir culto y sólo Dios puede oír la oración de su iglesia. De otra manera  los santos y María serían como Dios, capaces de escuchar a miles de millones de personas en oración.  Timoteo 2:5: “ Porque hay un solo Dios y mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.  “Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Juan 14:13-14.

5º) La misa. La iglesia católica mantiene la tradición sacerdotal con su culto por antonomasia que es la misa: recordatorio del sacrificio incruento de Cristo, que una y otra vez se ofrece. Con la muerte de Cristo se acaban los sacrificios y el sacerdocio. Él fue el último sacerdote y Cordero de Dios. “ Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es.” Juan 19:30. Ya está todo hecho, nada hay que hacer por parte del hombre. La salvación es por gracia: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” Efesios 2: 8-9.

Estos son los cinco puntos, (nada que ver con los del gran reformador Calvino), que me hicieron salir de la iglesia católica romana. No he cambiado de religión pues sigo adorando al mismo Dios que los católicos, sólo que ahora quiero obedecer y serle  fiel. Mi consejo a los católicos que puedan leer esto es que se conviertan  al Dios en el que dicen creer.  Nada más y nada menos. Eso se hace obedeciéndolo sabiendo lo que Él nos demanda y para eso hay que leer la Biblia, la carta magna de Dios.  “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa “. Son palabras de Pablo al carcelero de Filipos y que también tienen vigencia hoy para ti. Hechos 16:31. 

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